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La filoxera

La filoxera

La filoxera

A mediados del siglo XIX casi la totalidad de los viñedos en Europa quedaron devastados, la culpable, la filoxera, un pulgón de color amarillo llamado científicamente Phylloxera Vastratrix.

Alrededor de 1860 aparecieron los primeros síntomas en Reino Unido y Francia, un poco después, pasó al resto de Europa y, un siglo más tarde, al continente americano.

La filoxera ataca a las raíces de la vid, las perfora y deja la planta sin nutrientes para alimentarse. Puede atacar también a las hojas, en las cuales deposita sus huevos, que producen unas agallas mortales. En muy poco tiempo el pulgón debilita la planta, hasta que se seca y se muere. Su propagación es rápida e irreversible. Tan solo es incapaz de sobrevivir en los suelos arenosos, por eso, en ciertas zonas del litoral Mediterráneo y algunas otras de manera puntual, se libraron de la plaga.

¿Cómo se erradicó la filoxera?

Con el injerto de la variedad Vitis Vinifera sobre patrones de especies americanas resistentes al parásito. Tras el desastre de mediados del XIX, se utiliza  la práctica del injerto con pie americano para plantar las vides. Hasta que llegó la plaga, la vid se plantaba directamente sobre  el suelo. En la actualidad, en su parte subterránea, todas las plantas tienen un patrón o portainjerto que se une a la parte aérea, que es la variedad.

Cada pie está recomendado para un tipo de terreno, son de rendimientos variables y va a repercutir en la calidad de la cosecha.

Esta solución consiguió que podamos seguir disfrutando el vino aunque no se está del todo a salvo de esa plaga, de hecho en la década de 1990 se produjo una nueva catástrofe en los viñedos californianos a consecuencia de plantar un portainjerto no resistente.

Fuente: El Mundo del Vino Contado con Sencillez. Cristina Alcalá.

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