Iniciación a la cata del vino
Igual que muchas otras cosas como puede ser un libro o una película, el vino puede ser sencillamente consumido o podemos disfrutarlo, profundizar en las texturas, los colores, las sensaciones. En este artículo vamos a darte unos sencillos consejos para la iniciación en la cata del vino.
Solo se necesita un poco de práctica y unas pequeñas pautas. Estas serían algunas:
- La cata es memoria. Un buen aprendizaje, buena formación, probar distintos tipos de vino no es nada si no tenemos una mínima retentiva que haga de la cata un juego de comparaciones. Así que la concentración y la reflexión son muy importantes.
- Catar no es solo distinguir lo bueno de lo malo. De los defectos de un vino se aprenden muchas cosas también. Es muy interesante reconocer sus virtudes y defectos para conseguir con el tiempo una valoración objetiva del vino.
- Tampoco es dejarse llevar por la subjetividad a la hora de definir profesionalmente un vino. Los gustos propios se van formando con el tiempo y son necesarios.
- Catar es saber apreciar las particularidades de cada vino. Reconocer de dónde viene sus métodos de elaboración, sus variedades, su posición en el mercado, a quién va dirigido…
- Catar no es beber, es sentir. A la hora de catar, debemos hacerlo con todos nuestros sentidos, utilizando como herramientas el paladar, las mejillas, los labios y la lengua que nos van a informar de su textura, fluidez, consistencia, untuosidad o equilibrio.
- Catar es más que degustar. Es descubrir los secretos del vino. La felicidad de reconocer y hacer saltar una luz en nuestra cabeza cuando distinguimos un aroma o apreciamos determinado sabor.
- No estamos ante una ciencia, estamos ante un arte. Así que no hay verdades absolutas. Cada uno aporta su personalidad, sensibilidad y su propio lenguaje.
- Sé curioso. Hazte preguntas alrededor de la copa, nunca des por hecho nada. La cata también es un ejercicio de humildad.
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