Cómo describir un vino
Al catar un vino, debemos expresar algo tan personal como las sensaciones. La manera de describir un vino será, en general, diferente para cada persona porque sentimos y percibimos de maneras diferentes.
Aún así, para describir un vino existe una jerga de cata común y comprensible para todos los iniciados. De todas formas, cada catador aporta su toque personal a ese código. Lo importante es que conozcamos las percepciones para poder ponerles nombre.
¿Qué significa catar un vino?
Podríamos decir que consiste en apreciar mediante el sentido del gusto, el sabor y las cualidades del vino. Básicamente se trata de degustar con atención y expresar lo que percibimos en un lenguaje específico: el argot de la cata.
Siempre es aconsejable describir el vino a grandes rasgos al principio para pasar después a lo concreto. Así podemos hablar primero de aromas frutales para después matizar con el tipo de fruta.
¿Cómo describir un vino?. La vista
El análisis visual consiste en coger la copa y examinar su contenido. Necesitaremos un fondo claro y una luz lo más parecida a la natural posible. Inclinaremos la copa para percibir la limpidez y la intensidad y el matiz del color. Agitándola después, observaremos la fluidez y las lágrimas. La presencia de gas carbónico será indicativa de la juventud del vino.
El olfato
A copa parada, oleremos el interior. y nos detendremos en los primeros aromas, si son agradables o desagradables. Después moveremos la copa momento en el que aparecerán nuevos aromas. Nos detendremos para sentir si esos aromas son armónicos (conjunto de aromas bien conjuntados) o fino (un único aroma que se repite). Analizaremos la intensidad (potencia de los aromas) y su persistencia (duración de los aromas).
Degustar
Tras tomar un pequeño sorbo de vino, lo dejaremos resbalar por la lengua y lo mantendremos unos segundos en la boca. En este momento podemos distinguir su dulzor o si por lo contrario es un vino seco. Notaremos también el cuerpo que es la impresión del peso y el tamaño del vino en la boca.
Tendremos también los sabores y sus familias (afrutados, herbáceos, terrosos…).
Una vez tragado o expulsado, valoraremos su persistencia en boca y su posgusto.
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