El cultivo de la uva mencía se remonta a la época del imperio romano. Es una de las variedades de tintos autóctonas de nuestro país junto con la garnacha, la bobal, la monastrell, la tempranillo, etc…
Su cultivo se concentró principalmente en el noroeste de la península, especialmente en Galicia y Castilla León. Hubo un tiempo que se relacionó con la Cabernet Franc por su cierto parecido pero, diversos estudios han desechado esta teoría.
Su gran expansión se produjo en la Edad Media y muy probablemente gracias a los monasterios y probablemente muy de la mano del Camino de Santiago.
En el siglo XIX, una terrible epidemia de filoxera, desembocó en una crisis económica en las zonas principales del cultivo de la variedad lo que casi termina con su producción y hasta bien entrado el siglo pasado, no logró recuperarse.
En Galicia, podemos encontrar uva mencía en todas las Denominaciones de Origen: Monterrei, Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra especialmente aunque también, aunque no tan presente, en la D.O. Rías Baixas.
La variedad de uva mencía produce racimos pequeños y compactos y con unas bayas de tamaño medio y de color azul violáceo. Posee además gran cantidad de polifenoles y sus cepas son muy longevas.
Los vinos tienen un color muy intenso, frambuesa. Frutas rojas, negras y azules con taninos suaves y redondos. Son tintos aromáticos y afrutados y con un toque único de acidez y frescura. Tienen grandes capacidades para la crianza pero también destacan como vinos jóvenes.
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