fbpx

El color del vino

El color del vino

En la entrada anterior hablábamos de la fase visual en una cata y hoy nos extendemos en el tema hablando de el color del vino..

¿De qué depende?

El color del vino en principio vienen dados por el color de la piel de la uva con la que se elaboran. De esta manera, un vino blanco viene dado porque las uvas con las que se elabora son blancas o verdes, un rosado es el resultado de la corta maceración de uvas tintas y un tinto adquiere su color por la piel de las uvas tintas.

Otros factores intervienen en la determinación del color final de un vino, pero quizás los más importantes sean la variedad, los procesos de elaboración y la edad del vino. Un tinto de baja intensidad puede darnos pistas sobre la falta de madurez de las uvas o sobre una breve maceración con lo hollejos y, en consecuencia, de un vino pobre en contenido alcohólico y con poco cuerpo.

Pero debemos ser precavidos, porque hay otros factores que afectan al color. Por ejemplo, hay variedades de uva de baja intensidad colorante y no por ello dejar de ser un buen vino.

  • Los tonos dorados en vinos blancos son propios de los fermentados en barrica o envejecidos en botella
  • Cuando son jóvenes, los rosados y tintos presentan unos colores más vivos con ribetes violáceos. Con el tiempo se suelen ir perdiendo para pasar a colores pardos.
  • Los tonos anaranjados o teja nos hablan de un vino maduro y con evolución.
  • El brillo y la viveza de tono pueden ser signos de buena acidez.
  • La presencia de burbujitas, pequeñas cantidades de gas carbónico en un vino joven y limpio es residuo natural de su fermentación y no debe condicionar respecto a su calidad. Si esperamos unos minutos y agitamos la copa, pueden desaparecer.