¿Cuánto aguanta un vino abierto?
Después de abrir una botella de vino, comienza la cuenta atrás. La exposición al oxígeno inicia un proceso de oxidación que deteriora aroma, sabor y frescura, aunque el vino no se vuelve perjudicial si no se consume de inmediato.
Duración según el tipo de vino
Vinos tintos: almacenados en un lugar fresco y oscuro con el tapón puesto, suelen mantenerse en buen estado entre 3 y 6 días, siendo los más tánicos los que mejor resisten la oxidación.
Blancos ligeros y rosados: en refrigeración, pueden conservarse frescos hasta 5–7 días, aunque comienzan a perder intensidad tras el primer día.
Blancos con cuerpo (como Chardonnay con crianza): suelen durar alrededor de 3–5 días, ya que su exposición previa al oxígeno acelera su oxidación.
Espumosos: pierden efervescencia rápidamente; incluso con un corcho especial, se recomienda consumirlos en 1–3 días.
Vinos fortificados (como oporto o jerez): gracias a su mayor contenido alcohólico y fortificación, pueden conservarse bien entre varias semanas y hasta un mes tras abrirlos.(En general, los vinos de mesa (no espumosos ni fortificados) duran entre 3 y 5 días en condiciones adecuadas.
Claves para conservar mejor un vino abierto
Refrigeración inmediata: conservar la botella en frío ralentiza la oxidación y prolonga su vida útil.
Tapado hermético: usar el corcho original, una bomba de vacío o gases inertes minimiza el contacto con oxígeno.
Lugar adecuado: mantener fuera de la luz, lejos de fuentes de calor y con el mínimo movimiento, contribuye a preservar cualidades.
Reemplazar el aire: trasladar el vino a una botella más pequeña reduce el oxígeno en contacto con el líquido y ayuda a conservarlo mejor.
¿Cuándo un vino se ha echado a perder?
El vino “malo” no es dañino, pero sí desagradable. Las señales de deterioro incluyen aromas avinagrados, sabor ácido o náusea, cambios de color—como los blancos que se tornan marrones o los tintos que adquieren tonos anaranjados—indicando que ya no está en condiciones de disfrutarse.